Inaugurado el 10 de enero de 2015, es un mural de cerca de 100 metros de longitud elaborado con trozos de mosaico de diversos colores y vidrio reciclado. Durante el día, el mural engalana el Paseo de la Barranca de los Jilgueros; por la noche resplandece y destella con los faros de los vehículos que pasan por el lugar.